Ni tan simple, ni tan Carlos

Sunday, April 30, 2006

La imaginación no mata los deseos

"...me di cuenta enseguida que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos."
Julio Cortázar, Rayuela

Imaginar puede tener el peso de recuperar lo que ya no puede ser visto. La lectura recupera la realidad a trozos, la voz se sirve de una tesitura para recrear la nostalgia. Es la representación propia de un satisfactor no nuestro. Lo que nos queda para no caer en la inanición es recordar. Es un hecho que arguciosamente nos revela que podemos vivir pensando en lo que ahora no es y que nuestra mente representa. Reconstrucción de los hechos que viene acompañada de una mínima dosis de realidad. Misma que sirve para que el suceso perdure. Recuerdo lo que ví pero no lo veo como lo recuerdo. En ese momento la memoria rebasa esa realidad y me hace alcanzarla. La estoy tocando, pero no puedo tocarla. Es sólo mi mente la que lo intenta. Me conformo con un virtualismo absurdo que me engaña y me hace, por un breve momento, dejar el deseo para concentrar mi fuerza en la recuperación, como si pudiera, si me lo propongo arduamente, hacer aparecer de entre la imagen los sentimientos que me acompañaron en esas ocasiones. ¡Qué horrible trampa la que me he creado! Una y otra vez uno se deja poblar por el engaño, entonces vive la fe maliciosa que nos ata y nos dice que recordar es vivir. Pero si yo no quiero vivirlo ¿qué me queda entonces? Sé que me contradigo cuando digo que quiero recordarlo, pero que no me importa vivirlo. Es imposible que la realidad en mi mente tenga el peso que necesito para abandonar mis deseos.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home