Ni tan simple, ni tan Carlos

Tuesday, October 31, 2006

Pocas palabras

Hace tiempo que no escribo porque deje de creer en la solitaria palabra. Pero las palabras nunca están solas. Como diría Ricardo, tal vez, detrás de ellas siempre estamos nosotros. Que una palabra vuele y encuentre buen puerto ya no es trabajo nuestro. He ahí mis palabras huérfanas esta noche. Entonces no he dicho tal vez lo que quería, pero he dicho, y a fin de cuentas lo que importa es que el silencio sea un espacio breve, un momento, no un manto que nos cubre y nos hace caer en el olvido. Palabras simples, pues, pero atrás de ellas siempre habrá cosas no tan simples, no tan fáciles de decir de convertir en palabras, de llevarlas al vuelo...

Sunday, September 03, 2006

La posibilidad del deseo

Si me pierdo en ella, ella me afirma, si se pierde en mí, yo la afirmo (...)
Siempre podemos ser la otra.
J.G.P.
La única manera de integración posible es acaso teniendo un doble inexacto que hace lo que nosotros no podemos, porque tal vez ni siquiera lo imaginamos. Hace tiempo alguien dijo en una reunión de amigos que su mejor fantasía era hacerse el amor ella misma. He representado una imagen similar en mi mente al leer el encuentro entre dos personas que en apariencia son la misma y que por tanto no lo son. La escena está a la mitad del segundo tomo del libro de García Ponce que, con una delicia obscena, estoy leyendo en estos momentos : Crónica de la Intervención. La posibilidad de ser más que sí mismo siendo en otro que además es similar y a la vez tan dispar, me ha metido en muchas disertaciones. Tengo imágenes vagas de algunas películas, no todas dignas de mencionarse, donde el tema se trata de alguna manera. Ninguna como la de este libro. El dilema que con el libro tengo y también conmigo es muy simple: No alcanza para ser lo que somos sin lo que no conocemos. Soy lo que no soy porque lo que no soy es. En el libro ambas mujeres, al conocerse, tienen la posibilidad de reconocer lo que no son y por tanto afirman lo que ya son. Después, al estar en contacto y compartir lo que una no tiene de la otra, y prestarse literalmente, lo que tienen, empiezan a reconocerse mejor individualmente. La pregunta que me ronda es si existe la posibilidad de que uno se integre mejor a partir de lo que sabe que no es. Es decir que se delimite mejor lo que se es. De cualquier manera reconocer lo que se es a partir de lo nos consta que somos, es la parte que me parece la más importante, posible, lógica y cercana. Aunque visualizar lo que no se es y aceptar que existe y que no se es, plantea dos posibilidades: la delimitación de lo que se es, o bien el reconocimiento de sí mismo, y por otro lado, la posibilidad del deseo de ser aquello en cierto modo desconocido. Planteamiento tremebundo: ¿No soy lo que soy hasta no ser lo que no he sido?

Friday, September 01, 2006

Decir de una pena lo que nunca será

Cuando salí del bar para ir a casa, quería apresurarme para llegar a dormir, ganar un poco de tiempo y descansar antes de tener que levantarme para dirigirme al trabajo. La prisa no venía conmigo. Me descubrí cansado física y anímicamente. Hubo situaciones que me sacudieron totalmente, golpes absurdos y hasta avergonzantes que no compartiré. Lo que sí puedo decir es que la magnitud del peso de una circunstancia menor crece increíblemente cuando estamos sentimentalmente disminuidos. Creo que tuve una profunda tristeza toda la noche. Lo supe porque esta mañana cuando en mi camino hacia el trabajo escuché el llanto de una mujer que duerme en la calle tirada entre un montón de cobijas y cartones, sentí que el cuerpo me pesaba muchísimo. El cuerpo no, el corazón. Me dolió el sonido de su estentóreo lamento adelantándose a recibir a los que tenemos que pasar delante de ella. Es imposible ignorarla. Es imposible ignorarse y creer que no nos conmueve. No dice nada, sólo llora. Tampoco pareciera que llora sino que grita. Aunque no puedo decir que grita, sino que se queja. Pero no es que se queje, es que ya no hay una palabra que pueda definir lo que hace. En ese sonido que ya no tiene una denominación posible, en esa nota alargada y desgarradora encontré algo equiparable a la tristeza que tengo. Contra todo lo que pueda pensarse, al reconocer mi tristeza comencé a alejarme de ella. Haber reconocido el grado de mi pena cortó de raíz la incertidumbre del grado que tuvo. La olvidé rápido. Al menos eso creo. Ahora que recupero los hechos para escribirlos me doy cuenta de que por lo menos la dolencia esa malcriada que tuve ayer, se tranquilizó. Borracho de pena estuve, crudo ahora, renovado...

Tuesday, August 22, 2006

Menos que despertar, abrir los ojos

"y si un día te encontrare una mañana, será posible, será dormido"
Calamaro
En ocasiones despertar no se logra con el simple hecho de abrir los ojos. Cómo se entra en la vida para dejar atrás al que se fue en los sueños aún cuando aquel parezca ser más el que somos. Este que ahora se levanta debe abandonar al otro que en el sueño se queda. Con él se quedan otros motivos. El despertar es una variante más del abandono. Somos entonces pasajeros que van del sueño al abandono. Del nuevo abandono este en que ahora me encuentro me quedo sólo con lo posible. Pensarte es posible en la realidad. El sueño ofrece otras oportunidades. Sin pensarlo las tomo. El sueño es la ventana más amplia por la que sin tenerte puedo mirarte. El sueño, mi sueño, el sueño que no comparto, el instante mío, único, al despertar, agónico.

Sunday, August 20, 2006

Momentos

A veces pierdo el registro del tiempo, de los días, las fechas, pero nunca de los momentos. Algunas veces he perdido los registros exactos, pero no consigo olvidar de tajo tantas cosas. No estamos hechos para olvidar, el olvido me parece innecesario y creo que siempre habrá espacio para un nuevo, un buen recuerdo. De ello me alimento. Si no despertara a cada mañana con el eco de algo que late en mí, de alguien que se resiste a quedarse, de algún instante nuevo que se mantiene y que contra la fuerza del olvido que intenta arrastralo todo indiscriminadamente, no podría conservar la sonrisa que en muchas ocasiones se me dibuja. Así es que me paso la vida sopesando lo que es y lo que fue conviviendo armoniosamente en el universo que puedo ser, con todos los satélites que se mantienen alrededor de mí, con todos esos rostros y esos aquietados momentos que ahora son un memorama para mis pensamientos.

Tuesday, August 08, 2006

Detalles del silencio

Que el silencio no sea más aquella sensación extraña de estar llegando a un sitio por delante de todos los sonidos que van desapareciendo. En todo silencio hay mínimos ruidos que hacen del sonido una nueva expresión del movimiento. En todo movimiento hay sonidos que hacen que el silencio no sea una extensión de la quietud. No hay silencio lleno de silencios. Soy el sonido de lo que de mí se escucha. El sonido de mi voz qué importa si puede, de alguna manera, intuirse.

Monday, June 26, 2006

Soledad en que el tiempo habla

El tiempo me ha dicho en soledad que te amo...
Yahir Durán
Los virus de la nostalgia son perdurables, los de la soledad desmedidos. La soledad revela lo que la nostalgia maquilla. Ahora que solo me encuentro me doy cuenta de que me ha hecho reconocer la fuerza con que un recuerdo se va transformando. La manera en la que se vuelve una cadena interminable que llega a confundirse, de tan larga que es, con otros momentos. El tiempo es la llave que abre y nos atrae, cuál vertiginoso cauce, al núcleo donde encontramos apilados todos los instantes que habíamos querido dejar atrás y que nunca nos abandonan. He encontrado el amor encallado en la isla que ha quedado solitaria. La melancolía que como las olas del mar se vuelve interminable. También encontré el perfecto y redondo anhelo de mi deseo. Cíclico siempre. Pude volver hasta el completo amor de pocos días. Abrí el claustro ocre de mis primeros vaivenes. Llegué hasta allá sin resistirme. Sin deformarme. Soy el vaso incontinente al derrame. Soy el mar que se vierte ante el influjo de la furia de la marea de verano. Soy la álgida punta de la sombra que cae, extendida y abierta sobre el próximo horizonte. El tiempo me ha dicho, con todos sus instantes de soledad, que la amo. El tiempo lo ha dicho, mi memoria instantánea ha olvidado su nombre.